360 grados agencia editorial

Nina: el talento y la ira

El 19 de octubre se conmemora el Día Mundial Contra el Cáncer de Mama, por lo que durante todo el mes se realizan acciones para concientizar y prevenir sobre este mal que, aunque la mayoría de las veces es curable, aún se lleva un gran número de vidas. Por ello, en 360 Grados deseamos recordar y rendir homenaje a tres mujeres de diferentes épocas, países y campos de estudio que murieron de esta enfermedad.

My skin is black, My arms are long, My hair is woolly, My back is strong. Strong enough to take the pain, Inflicted again and again.

“Four women” (1966)

(Carolina del Norte, Estados Unidos, 1933-Provenza, Francia, 2003)

¿Cuándo nació la ira? Tal vez a los diez años, al ver a sus padres dejar sus lugares para que se sentara gente blanca. La niña negra que daba el recital se negó a seguir tocando el piano hasta que regresaron a sus papás a la primera fila.

Tal vez continuó a sus veintes, cuando, por racismo, rompieron sus sueños y le negaron la beca para estudiar música y ser la primera concertista negra que pudo haber tocado en el Carnegie Hall.

Quizá se transformó al empezar a cantar para no perder su trabajo de pianista de jazz en ese centro nocturno donde Eunice Waymon se despidió para siempre y nació la leyenda: Nina Simone, la pianista y cantante que interpretaría de forma única a George Gershwin (“I Loves You Porgy”), a Johann Sebastian Bach (“Love Me Or Leave Me”) a George Harrison (“My Sweet Lord”) y a sí misma en canciones llenas de pasión, de belleza… y de ira.

Seguro se notó en la relación tormentosa con su esposo y manager, que la maltrató y la humilló, y ella bebió y tomó pastillas y le aventó las botellas furiosa, desesperada porque su cuerpo reaccionaba así (sin saber que padecía trastorno bipolar), igual que cuando le molestaba el ruido que hacía algún espectador y lo callaba en pleno concierto.

Y prosperó cuando supo la noticia: el Ku Klux Klan había asesinado a unas niñas negras en una iglesia. Entonces fue al piano y compuso “Mississippi Goddam”, donde maldecía y proclamaba: “All I want is equality, for my sister my brother my people and me”.

La ira siguió, cuando protestó por sus derechos de mujer y negra junto a Martin Luther King y luego él fue asesinado y ella siguió componiendo y protestando, cada vez más radical, hasta hacerse amiga de los Panteras Negras y negarse a pagar impuestos, lo que al final la llevó al exilio.

Se la llevó consigo a Liberia, Suiza, Holanda y finalmente a Francia, donde se quedó hasta su muerte, a los 70 años.

Nina Simone fue una contradicción andante que mezcló su enojo, su talento, sus pasiones y su insobornable deseo de vivir, los convirtió en música y nos la regaló. Nos legó sus manos acariciando el piano, su voz profunda, densa y melodiosa, sus letras que hablan por generaciones de mujeres, negras como ella, que han vivido la injusticia y que a pesar de todo siguen fuertes, soportando el dolor.

Nina Simone murió de cáncer de mama.

Foto de entrada por Matthew T Rader en Unsplash