Mensaje importante si eres workaholic: estamos acostumbrados a pensar que las vacaciones solo son un descanso del trabajo, sin embargo son mucho más que eso, son una parte fundamental para seguir siendo eficientes y atender nuestra salud física y mental.
Aquí te contamos cómo aprovechar tus vacaciones al máximo para recuperar tus ganas de trabajar y unas características para saber si eres una persona adicta al trabajo.
Para hablar de la importancia de tomar vacaciones primero debemos platicar de la teoría de la restauración de la atención, que postula que la capacidad de trabajar se reduce o incluso se pierde por el agotamiento mental.
Ese cansancio se conoce también como “fatiga de atención dirigida”, y puede afectar nuestra capacidad para realizar tareas cognitivas con precisión, así como regular eficazmente las emociones.
Existen cuatro factores clave para recuperarse de la fatiga de la atención dirigida:
- Fascinación. Conocer un entorno que fomente el compromiso sin esfuerzo, evitando así la necesidad de inhibir las distracciones y permitir la atención dirigida al descanso.
- Estar lejos. O sea, estar física o mentalmente distanciado de las exigencias de la vida cotidiana.
- Extensión. Ir a un entorno con suficiente contenido y estructura para ocupar la mente durante un periodo prolongado.
- Compatibilidad. Conocer un entorno que nos ayude a ajustar los propósitos o inclinaciones.
Además de reducir el cansancio mental, las vacaciones (incluso de solo dos días) ayudan a disminuir el agotamiento emocional, aumentan la participación laboral, la salud, el bienestar, la satisfacción con la vida y la calidad de esta.
¿Cómo aprovechar al máximo mis vacaciones?
Considera las siguientes recomendaciones para obtener un máximo beneficio de tu periodo de descanso:
- Elige un entorno que te permita sentirte alejado de tu rutina diaria, siempre de manera cómoda y segura.
- Evita entornos que se sientan confusos, caóticos o demasiado ocupados.
- Pasa tiempo en actividades que te brinden “fascinación”, es decir, que mantengan tu atención sin esfuerzo, con espacio para la reflexión y el relax.
- Rompe cualquier vínculo con el trabajo (durante las vacaciones).
- Limita en lo posible las actividades que puedas relacionar con el trabajo, como ir de compras, limpiar, conducir, usar un teléfono o una computadora.
- Evita situaciones que puedan conducir a sentimientos de discordia o tensión, por ejemplo: conflictos con personas, tráfico pesado, horarios ajustados.
- Gestiona tu regreso al trabajo sin una acumulación abrumadora de pendientes.
- Considera tomar varios descansos cortos a lo largo del año.
¿Cómo detectar si eres adicto al trabajo o workaholic?
Aunque lo decimos muy a la ligera, la adicción al trabajo es realmente un trastorno psicológico que se caracteriza por la implicación excesiva de la actividad laboral y posterior pérdida de control.
Este trastorno impacta no solo en la vida personal de la persona adicta sino también en su ámbito social, familiar y sobre todo laboral.
Es cierto que ser dedicado al trabajo no es sinónimo de adicción. Trabajar frecuentemente de manera placentera, con productividad, motivación y un adecuado equilibrio con el entorno social y personal, no revela adicción.
¿Cómo distinguir la diferencia? Por el exagerado nivel de autoexigencia y competitividad. Además suele caracterizarlos la ambición, el constante deseo de ejercer siempre control, poder y prestigio en cualquier situación, así como la dificultad de delegar tareas.
Algunos rasgos de personalidad de un workaholic son la baja amabilidad, poca capacidad de empatizar con los demás y comprender sus preocupaciones
Por último, las personas adictas al trabajo no tienen muchos amigos ni cuidado de sí mismos ni actividades fuera de la oficina. No son capaces de tomar tiempo libre, ya que lo viven con gran sentimiento de culpa, vacío e insatisfacción, así que ¡aguas!
Pero antes de ir al área de recursos humanos a pedir tus vacaciones, te invitamos a leer sobre neologismos, los nuevos términos que alimentan el idioma.