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Legend: crimen por partida doble

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Tom Hardy es un nombre el cual ha dado mucho de qué hablar durante los últimos años.

Con una larga de lista de cintas respaldando su trayectoria histriónica (The RevenantInceptionMad Max: Fury Road), el actor oriundo de Reino Unido se ha hecho de una notable relevancia la cual, el día de hoy, lo posiciona como uno de los intérpretes más cotizados.

Legend (2015) no sólo es un experimento que funge como una clara reiteración del talento de Hardy; sino que también podría considerarse la cinta que lo avala como un histrión de intachable madurez.

En esta obra, dirigida por Brian Helgeland, nos encontramos con los gemelos Ronnie y Reggie Kray (Tom Hardy); par de individuos quienes gobiernan los bajos mundos del Londres de los cincuenta.

Como puedes imaginarte, esta trama pronto habrá de conjurar una serie de momentos donde el humor negro mate y la violencia explícita se consolidan en un matrimonio irreductible.

No cabe duda de que es sorprendente observar a Tom Hardy transformarse, de manera simultánea, en dos individuos completamente distintos pero igualmente complejos; cada uno con un respectivo encanto que a menudo se ve recrudecido mediante las ocurrencias del guión escrito por Helgeland.

Por un lado, nos encontramos con Reggie, arquetipo por excelencia del gángster de mediados de Siglo XX el cual, mediante una elegancia y una dureza casi estoicas, sostiene su ilegítimo imperio con disciplina mecánica.

Por otra parte, está presente su desequilibrado hermano Ronnie; alter-ego quien, valiéndose de una cínica disfuncionalidad, arrastra la cinta hacia situaciones inenarrablemente cómicas que también esconden un dejo de horror.

Irremediablemente, Legend nos remite a algunos de los pasajes más memorables del cine de mafiosos de estética postmodernista; especialmente a esa línea inaugurada por Martin Scorsese con cintas como Goodfellas.

Mismo fenómeno que reivindica una de las propuestas más antiguas y entrañables del film noir: hacer que el público se enamore de individuos que deberían de resultarle absolutamente desagradables.

 

 

 

 

Noir goodfellas